¿Eres de los que no se apunta a ningún plan en verano si no hay una piscina de por medio? ¿Solo te has cambiado de gimnasio porque en el tuyo no podías remojarte? ¿Te has pasado todas las tardes desde el día 1 de julio en casa de ese amigo con piscina? Si has asentido en alguna de las afirmaciones anteriores, debes saber que, aunque remojarse es una solución muy apetecible cuando hace calor, pasarse muchas horas en una piscina con cloro puede perjudicar tu salud dental.
En concreto, si pasas más de 6 horas semanales en remojo en agua con cloro, no solo tus manos, piel o pelo pueden verse resentidos, sino también tus piezas dentales. En este blog te contamos cómo es esto posible, es decir, cómo afecta el cloro a tus dientes y cómo preservar tu salud dental en verano.
¿Por qué el cloro puede afectar a nuestra salud dental?
El cloro es una sustancia química que se le echa al agua para desinfectar y garantizar la salubridad de todo tipo de piscinas públicas y privadas. En el momento en el que la cantidad de cloro es inferior a la que debería ser,el pH del agua se vuelve más ácido y puede contribuir a la pérdida de color de los dientes, a que aparezcan más manchas en el esmalte dental y a que se sientahipersensibilidad dentaria. Cuanto más ácido es el nivel de pH de la piscina, más posibilidades existen de que el esmalte dental pueda erosionarse.
Por otra parte, si el pH del agua de la piscina es superior al indicado, puede provoca la aparición desarro en los dientes y encías y acentuar su acumulación. Como consecuencia a este aumento del sarro dental, también es común que se desarrolle halitosis o mal aliento y, en algunos casos, incluso se pueda fomentar la aparición de gingivitis o inflamación en las encías.
Ahora bien, si en tu caso solo te bañas en contadas ocasiones en el agua de la piscina, y no superas las 6 horas semanales, no temas en exceso por el estado de tus dientes. Este tipo de problemas bucodentales suelen afectar mayoritariamente a las personas que se dedican a la natación profesional y que pasan gran parte de sus días en remojo.
De hecho, existe una condición llamada “el sarro del nadador” que aparece como consecuencia a esta sobreexposición de las piezas dentales al agua con cloro. Por este motivo, quienes se dedican a la natación, es frecuente que tengan mayor cantidad de sarro en sus piezas dentales. Los dientes delanteros son los más propensos a sufrir este tipo de reacciones. Además, en estos casos, el pH de la salivapuedebajar hasta un nivel crítico de 4,5 – 5 (lo normal es que esté entre un 5,75 – 6,75), el flujo salival tiende a disminuir y la sensación de boca seca después de realizar ejercicio en el agua se eleva.
Consejos para preservar la salud dental en la piscina:
A pesar de no ser un nadador profesional, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones si vas a pasar gran parte de tu verano de piscina en piscina:
1.
Conoce el pH de la piscina.
Garantizar que el pH de la piscina nunca esté por debajo de 6 o muy por encima de 7, es importante. Pero ¿cómo conocerlo? Existen diferentes medidores de pH en piscinas, entre ellos, el medidor de pH en gotas, el medidor de pH en pastillas, las tiras analíticas y los fotómetros.
2.
Utiliza pastas de dientes con flúor.
La fluoración reduce el riesgo de erosión de nuestros dientes y nos ayuda a mantener una barrera de defensa. Emplear pastas dentífricas con flúor ayuda a contrarrestar el posible exceso de acidez en la boca.
3.
Extrema la higiene dental.
Durante las vacaciones, no descuides tu higiene bucal. Es muy común, tal y como se ha comentado en el blog “Problemas de salud bucal en verano y cómo evitarlos”,que desatendamos o nos despreocupemos más del cuidado de nuestros dientes. No obstante, nunca hay que olvidarse de la importancia de la higiene bucodental y más aún si nadar en piscinas es tu profesión.
4.
Observa tus dientes a menudo.
Por suerte o no, la acumulación de sarro se puede ver a simple vista. Si bien la acumulación excesiva es algo que se alcanza de forma periódica, el inicio de esta acumulación se puede observar al mirar los dientes. Así pues, sonríete en el espejo y revisa tu dentadura.
5.
Visita a tu dentista de forma periódica.
En el caso en el que observes que efectivamente pasar demasiadas horas en la piscina te está empezando a pasar factura, debes pedir cita con tu dentista. Por otra parte, si no has observado un crecimiento excesivo de sarro y no presentas ninguno de los síntomas y afectaciones anteriores, puedes quedarte tranquilo, es muy probable que esos remojos en la piscina sean totalmente inofensivos. Eso sí, la revisión periódica con el dentista no la borres de tu calendario, a esa tienes que asistir sí o sí para preservar tu salud bucodental.
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