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La lengua, gran olvidada de la higiene bucodental

La lengua, gran olvidada de la higiene bucodental

Siempre que hablamos de salud bucodental nos referimos a todas aquellas partes que están relacionadas con la boca: dientes, encías, mucosa bucal, labios… y la lengua. A pesar de eso, normalmente pasamos por encima de la higiene lingual, relegándola a un segundo plano. Es por eso que consideramos que no se le presta suficiente atención a este órgano tan importante para nuestra salud.

En el post de hoy le daremos a la lengua la importancia que se merece, enseñaremos cómo cuidar bien de ella y qué enfermedades son las más comunes. Además, os explicaremos cómo el aspecto de la lengua puede ser un indicativo de enfermedades y cambios en nuestro cuerpo al que hay que prestarle atención.

¿Qué es la lengua?

Empezaremos con lo básico. La lengua es un órgano del cuerpo humano situado en la boca que nos ayuda en muchas actividades distintas que hacemos diariamente. Su función no es solo digestiva, ya que sus usos van desde secretar saliva para ayudarnos a consumir alimentos, a ayudarnos a detectar sabores con las papilas gustativas y gracias a su movilidad, es indispensable para el habla y una buena vocalización.

Cómo limpiar la lengua adecuadamente

La limpieza de la lengua debe ir siempre acompañada de una buena higiene dental. De la misma manera que no podemos confiar que con una buena limpieza dental no haya que cuidar de la lengua, no debemos asumir que con solo limpiar la lengua, no necesitamos una buena higiene dental.

A parte de una buena higiene dental con cepillado y uso habitual del hilo dental, es muy importante tener una dieta equilibrada, ya que los alimentos que consumimos afectan mucho al cuidado de la lengua. También es aconsejable reducir el consumo de alcohol y dejar el tabaco completamente.

La lengua, gran olvidada de la higiene bucodental

Lo más importante para tener una lengua bien limpia es el uso de un raspador de lengua. La rugosidad de este órgano debido a la presencia de las papilas gustativas, hace que sea relativamente fácil que se queden restos de alimentos entre las papilas que deben ser eliminados para evitar que las bacterias provoquen problemas de salud.

A pesar de que muchxs de nosotrxs hemos utilizado el cepillo de dientes para limpiar también la lengua, esto no es aconsejable, ya que los filamentos del cepillo están pensados y diseñados para la limpieza de superficies duras, haciendo que sean poco eficaces para limpiar la superficie blanda del órgano. Algunos cepillos de dientes tienen ya en su parte posterior una zona designada para la limpieza de la lengua, y muchos cepillos eléctricos un complemento para limpiar la lengua. El movimiento siempre debe ser de la parte posterior a la delantera para evitar que las bacterias entren en nuestro tracto digestivo.

Aún así, el mejor recurso que podemos usar para una correcta limpieza de la lengua es un raspador lingual. Este instrumento está preparado para esta función de la misma manera que se desarrollaron el hilo dental o los cepillos interdentales para la limpieza entre dientes. Normalmente consiste en un cabezal de plástico (u otro material seguro para nuestra boca) con un mango y dos caras diferenciadas. Una de ellas, de perfil ondulado, es especial para adaptarse a la forma de la lengua, mientras que la otra, de perfil liso, especial para los laterales.

Para usarlo, una vez limpios los dientes, sacamos la lengua y pasamos el limpiador a modo de raspado de dentro hacia la punta de la lengua. No debemos presionar excesivamente, ya que lo pasaremos varias veces, y tenemos que limpiarlo con agua entre pasada y pasada. Una vez limpia la parte central de la lengua, usaremos la parte lisa para limpiar los laterales, repitiendo el proceso. Para finalizar, limpiamos el raspador lingual y recomendamos el uso de un colutorio, ya que nos ayudará a eliminar las últimas bacterias más resistentes.

La lengua, gran olvidada de la higiene bucodental

Enfermedades más comunes de la lengua

Ahora que ya sabemos cómo limpiar correctamente la lengua, tenemos que estar preparadxs para reconocer cualquier problema que pueda surgir. A continuación listaremos algunas de las aflicciones más comunes que pueden afectar a la lengua:

Leucoplasia

Unas manchas blancas que pueden aparecer en la parte interior de las mejillas también. Generalmente tiene un origen en irritaciones debidas a traumatismos, tabaco o alcohol.

Candidiasis oral

Este hongo aparece sobretodo en personas con sistema inmunológico débil y es de fácil contagio entre personas. Suele causar picor o ardor y suele manifestarse como lesiones rojizas en lengua o encías. Su cura es relativamente fácil con antifúngicos.

Liquen plano oral

Se manifiesta como manchas (lesiones) blancas en forma de tela de araña que no se desprenden con el cepillado.

Lengua geográfica

Aparecen grietas en la lengua que le dan aspecto de mapa, de ahí su nombre, suele aparecer por déficit vitamínico, estrés o cambios hormonales, y suele remitir de forma espontánea.

Lengua negra vellosa

La acumulación de células muertas en la lengua le da un aspecto oscuro y de pelos a la lengua. A pesar de ser visualmente impactante, es fácilmente solucionable con una higiene exhaustiva de dientes y lengua.

Halitosis

La acumulación de restos de comida y bacterias en la lengua pueden provocar mal aliento. Una limpieza intensiva es la mejor solución a esta aflicción.

Observa tu lengua

Ya hemos visto que hay enfermedades bucales que se manifiestan directamente a través de la lengua, pero este órgano también nos puede indicar enfermedades o desajustes en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, una repentina hinchazón puede ser consecuencia de una reacción alérgica o efecto secundario.

Como habéis podido comprobar, la lengua es un organo importantísimo de nuestro cuerpo, y no debemos descuidarlo. Esperamos que con estos consejos ahora conozcáis un poco más sobre vuestra lengua y le prestéis la atención que se merece.

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