Existen diferentes estrategias para blanquear los dientes. Por un lado, se pueden tomar medidas preventivas, como evitar las sustancias capaces de colorear los dientes. Por otro, si los dientes ya están manchados, puede ser beneficioso recibir un tratamiento blanqueador. Cualquier medida debe ir siempre acompañada de una correcta higiene dental diaria.
A continuación, te contamos un poco más.
Motivos para blanquearse los dientes
El principal motivo para blanquearse los dientes es la estética dental.
Sea que los dientes tengan un tinte amarillento generalizado o que se hayan manchado por tomar ciertos alimentos o medicamentos o por higiene dental incorrecta, quienes deciden blanquearse los dientes lo hacen principalmente con fines estéticos, que, a su vez, están muy relacionados con otras áreas de la vida, como la psicológica y la social. El objetivo es lograr dientes más blancos y brillantes y eliminar determinadas manchas. Una apariencia dental bonita mejora la autoestima, lo cual influye en la actitud, el comportamiento, las relaciones sociales e, incluso, las oportunidades laborales.
Tipos de acciones y productos para blanquear los dientes
Para mantener los dientes blancos, ciertas medidas ayudan a no mancharlos y, además, existen productos para eliminar las manchas.
Consejos para mantener los dientes blancos
Hay diferentes medidas que se pueden tomar para mantener los dientes blancos:
Evitar el consumo de alimentos o sustancias que contienen pigmentos capaces de teñir los dientes, como té, café, bebidas de cola, tomates, zanahorias y tabaco.
Realizar una higiene oral diaria correcta.
Utilizar diversos productos para blanquear los dientes en el hogar.
Acudir al odontólogo con periodicidad para detectar causas de decoloración dentaria interna o intrínseca que requieran un tratamiento específico en la consulta odontológica.
Productos para blanquear los dientes
Existen diferentes productos para blanquear los dientes, que se clasifican según su mecanismo de acción. Los más utilizados son los que actúan por oxidación, abrasión o una mezcla de estos dos mecanismos. Otros productos para blanqueamiento menos frecuentes incluyen agentes surfactantes, colorantes, enzimas o carbón activado.
Dentro de los que actúan por oxidación, los más conocidos son el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida. Encontramos estas sustancias a diferentes concentraciones, dependiendo del uso al que se destine, variando entre el 0,1% y el 35 %. Logran su efecto blanqueante difundiendo hacia el interior del diente e interactuando con las moléculas responsables de su coloración. Como efectos adversos, podrían desmineralizar el esmalte dentario si se utilizaran en altas concentraciones.
Los agentes abrasivos actúan por acción mecánica. Tienen mayor dureza física que la superficie dental manchada y, al contactar con ella, terminan por eliminar la mancha. Muchas pastas dentífricas contienen en su formulación agentes abrasivos, pero las blanqueadoras los tienen en mayor concentración.
Los productos para blanquear los dientes también pueden clasificarse según la forma de aplicación: dentífricos, geles, enjuagues bucales y tiras blanqueadoras. Los geles y las tiras blanqueadoras son las que más efectividad han demostrado en comparación con las otras presentaciones, posiblemente debido al mayor tiempo de contacto con la superficie dentaria y a la mayor concentración de agente oxidante en su formulación.
El tipo de mancha (interna o externa) influye en el éxito del blanqueamiento dental. Por eso, puede ser preciso acudir a un profesional para que haga un correcto diagnóstico del tipo de mancha e indique el procedimiento más apropiado para tratarla. ¡A sonreír!
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