Las encías cubren la raíz del diente, protegiéndola y haciendo que permanezca firme. Podríamos decir que son el cimiento de nuestra dentadura, pero, para sorpresa de los dentistas, son muchas las personas que ponen mucho empeño en el cuidado de sus dientes y, sin embargo, descuidan el estado de sus encías.
Una higiene dental poco cuidada podría derivar en gingivitis o periodontitis. Además de dañar la estética dental, las enfermedades periodontales pueden suponer molestias graves en la boca, sangrado, dolor al masticar, encías retraídas, dientes flojos y hasta pérdida de dientes.
Tanto si padeces sangrado, enrojecimiento o inflamación de encías como si percibes mal aliento, hipersensibilidad dental, movilidad de dientes o pérdida de algún diente, debes extremar el cuidado de las encías y pedir cita, lo antes posible, con el dentista.
¿Sabías que las enfermedades periodontales son la principal causa de la pérdida de una pieza dental en lo adultos? Y es que el mantener una buena salud bucodental es fundamental para evitar otras patologías más graves.
FACTORES DE RIESGO
Debes saber que además de una mala higiene y el tabaco, el estrés y las defensas bajas podrían favorecer la aparición de enfermedades periodontales. Otros problemas de salud como la diabetes y la osteoporosis, además de ciertos cambios hormonales, también podrían ayudar a activar las enfermedades periodontales.
CUIDADO Y RECOMENDACIONES
Para mantener una higiene bucodental óptima debes de cepillar tus dientes y encías al menos dos veces al día. Pero para realizar un correcto cepillado dental deberás de usar un cepillo suave para no dañar el esmalte ni las encías. Además, se recomienda utilizar hilos o seda dental y/o cepillos interdentales para lograr llegar a los espacios donde el cepillo de dientes normal es incapaz de llegar.
De esta manera, no quedará ni rastro de los restos de comida que suelen quedarse en los espacios interdentales y que son los principales causantes de las infecciones.
El cepillo de dientes debe renovarse una vez cada tres meses y deberás visitar a tu odontólogo una vez cada seis meses para que te realice una limpieza bucal completa.
El uso de un irrigador bucal podría también ayudarte a mejorar tu estado de salud bucal si ya padeces síntomas. La presión del chorro de agua en las encías masajea el tejido y, con el uso, ayuda a reducir el sangrado. Además, accede bajo la línea de las encías y a las bolsas periodontales, por lo que facilita la extracción de suciedad en esas zonas de difícil acceso.
Como ves, las enfermedades periodontales pueden suponer un problema grave para la salud bucodental pero también puede desencadenar otras patologías respiratorias o incluso cardiacas.
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