Tomas un helado, un té caliente o un refresco y ahí está, ese dolor corto y agudo en tus dientes ha vuelto a aparecer. Si la sensibilidad dental es una vieja conocida, podrías consolarte pensando que afecta hasta a un 35% de la población, pero mejor apunta estos consejos para evitarla.
Posiblemente una de las medidas más importantes para el cuidado oral sea el cepillado dental. La fricción de ciertos cepillos puede ser muy abrasiva y causar daños en el esmalte y en tus encías, por lo que utilizar cepillos con filamentos de dureza suave podría ser beneficioso para el cuidado de tus dientes sensibles.
Además, la pasta dentífrica o geles no abrasivos y colutorios con principios activos para la sensibilidad dental, no solo te ayudarán a mejorar la sensibilidad dental, también proporcionarán todo lo que necesitas para tu cuidado bucal diario.
Evita el consumo de comidas y bebidas muy frías o calientes
Te encanta el helado, lo sabemos. Pero el cuidado de tu sensibilidad dental precisa que no alteres la temperatura de tu boca súbitamente, por lo que deberás limitar completamente el consumo de este tipo de alimentos.
Pero no te preocupes porque podrás volver a disfrutar de este manjar después de cuidar y superar tu sensibilidad dental. ¡Los helados y las bebidas con hielo volverán para quedarse!
Si consumes alimentos ácidos, espera
No te cepilles los dientes inmediatamente después del consumo de alimentos ácidos. Debes dejar pasar, al menos, cinco minutos entre el contacto de los ácidos en tu boca y el cepillado, ya que harán que tu saliva pueda neutralizar el pH ácido de manera completamente natural.
¿Por qué es importante esperar? Pues porque el ácido reblandece el esmalte y durante el cepillado podrías desgastarlo más.
Aunque si eres propenso a padecer sensibilidad dental deberás de empezar a reducir la cantidad de alimentos ácidos presentes en tu dieta, ya que el ácido tiene un efecto corrosivo y poco a poco va eliminando el esmalte dental, debilitando así las piezas dentales.
Lácteos después de alimentos ácidos
¿No lo sabías? Los lácteos, además de tener un espacio importante en tu dieta, también contrarrestan el efecto erosivo de los alimentos ácidos. No se trata de que te atiborres de queso cada vez que eches limón en la paella, pero tomar unos sorbos de leche tras una comida podría aliviar, hasta cierto punto, el efecto nocivo del ácido en el esmalte.
Si no puedes tomar lácteos, beber agua diluirá el ácido presente en la cavidad oral, reduciendo su efecto perjudicial sobre el esmalte.
Utiliza férulas de descargas
Si más de una persona te ha dicho que rechinas los dientes y tú no eres consciente puede ser que tengan razón y que padezcas bruxismo.
Esta patología se produce durante el día o la noche, aunque suele ser más habitual que suceda durante las horas de sueño, debido a la acumulación de estrés, ansiedad y agotamiento mental.
Es un acto involuntario que afecta entre un 10% y un 20% de la población y que provoca tensión en la mandíbula y un desgaste en el esmalte de los dientes, lo que a su vez puede conducir a un incremento de la sensibilidad dental.
Lo más seguro es que necesites una férula de descarga. Gracias a ella tus piezas dentales estarán protegidas de la fuerza que involuntariamente ejerces sobre ellas.
Pero no olvides acudir a tu dentista para evitar que la sensibilidad dental aparezca y que se generen patologías más graves.
Evita los mondadientes
Bajo ningún concepto deberías usar mondadientes si padeces síntomas de sensibilidad dental. Cuidar el esmalte es la prioridad, por ello sustituye los palillos por productos de higiene interproximal que, además de cuidar tus encías, eliminarán esos molestos restos de comida que se quedan entre los dientes y pueden llegar a provocar que se acumulen las bacterias y el sarro.
El uso de hilo o seda dental te ayudará a llegar a esos espacios interdentales a los que el cepillo no puede llegar y eliminará los restos de comida que se han quedado ahí.
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